
Los lagos de Covadonga son espectaculares, siempre y cuando la niebla te deje contemplar todo el panorama; la verdad es que el tiempo no nos ha acompañado mucho,pero por lo que me han contado, por aquí no ha sido mucho mejor.

Un sinfín de imágenes de antaño, de imágenes cotidianas en las que ves a las gentes del lugar en total armonía con el paraíso natural que les rodea; un sinfín de fauna y flora con una variedad realmente sorprendente.
En definitiva, un montón de situaciones naturales que, viviendo en una gran ciudad, a veces se te borran de la memoria y que, de vez en cuando es bueno recordarlas.Por no hablar de lo bien que hemos comido: Que buena la sidra con un poquito de queso asturiano, que buenas "les fabes", que bueno "el pote" de pescado... que bueno todo por Dios, ya pensaremos más tarde en los quilos que hemos cogido.